"Pensamientos todo a cien" es un tributo al postmodernismo. Un espacio virtual en el que todo cobra la valía que cada cual le quiera otorgar. Si quieres gritar aquí puedes hacerlo pero, no lo olvides, es virtual...UTILIZA LAS MAYÚSCULAS.

09 enero 2009

He matado a Dios

“¡¡Ay que joderse!!, toda la vida renegando de la cruz que me colgaron del pecho cuando nací y hoy estoy aquí... corriendo... como un estúpido degenerado, porque he quedado con Dios para tomar una caña” Con esta ansiedad manifiesta me dirigía a esta importante cita de la cual no conocía ni el motivo ni el final. “Y dime tú que coño tendré yo que ver con el tal Dios¡¡. Un tío del que me llevan hablando toda la vida. Un fantasma de la infancia que tenían en casa colgado y dibujado por todos sitios y yo pensaba...pues eso, que era un fantasma,... un fantasmón de propaganda. Eso sí, el tío... muy diplomático. Bueno, pues a ver que me cuenta el Dios este”, me dije mientras jadeaba por las prisas y apuraba el cigarrillo. “Me jode presentarme así, pero no he tenido un buen día. No te creas que tengo tanta cara para venir a pedirte un favor en este estado. No me faltan razones para odiarte. Nunca me has hecho ni caso, pero imagino que los amigos están ahí siempre, sin condiciones...y yo sé que tú me has mirado de reojo alguna vez...bien y mal...como a los amigos”, me dijo el cachondo cuando le recogí medio borracho de la barra de un bar. No contento con esta retahíla me suelta que mate a mi caniche, que él esta anciano, que no tiene fuerzas y que es el próximo animal por morir. Ante mi mirada estupefacta y colérica le mando “cerca” y le ofrezco mi rotunda negativa. Su visita me dejó algo despistado. De tal manera que vagueo por las calles hasta que decido ahogar mi ansiedad en un bar con televisor, en un día que sabía que no había partido de fútbol. Al entrar, la camarera estupefacta miraba la caja tonta y ante mi pregunta de qué había pasado me comenta que un pit-bull ha arrancado la cabeza de cuajo a un señor. Dirijo mi mirada al televisor y reconozco la cabellera de Dios. Los perros son los mejores amigos de los hombres, pero también los más fieles a sus semejantes.

Normas cívicas terroristas

Hoy he abierto una nueva ventana a mi forma de no-entender el terrorismo. Conducía por la ciudad cuando mi vehículo, al atravesar un paso de cebra, se ha elevado hasta ponerse a la altura de un avión. Este brusco movimiento ha hecho que mis hormonas se revolucionen provocando un leve giro en mi actitud de simple complacencia a la agresividad más absoluta. A mi derecha, en el intento de sobrepasar esa montaña de hormigón, una furgoneta amplia ha llegado hasta plutón. En ese mismo instante una anciana escalaba este singular Everst conformando con su trayectoria un ángulo de 90 grados con respecto de la posición de la furgoneta la cual ha frenado en seco y ha quedado colgada por un arnés kilométrico amarrado a un átomo de plutón. No peco de prejuicioso pero sí de mal pensado y fácilmente, mientras conducía hacia mi destino, he imaginado que esa furgoneta portaba explosivos y que era dirigida por un enclenque terrorista. Pero mi imaginación y las normas cívicas me han jugado una mala pasada y no me han dejado entretenerme mucho más. ¿Los terroristas se paran en los pasos de cebra? ¡Qué caprichosa es la selección anti-natural¡.