"Pensamientos todo a cien" es un tributo al postmodernismo. Un espacio virtual en el que todo cobra la valía que cada cual le quiera otorgar. Si quieres gritar aquí puedes hacerlo pero, no lo olvides, es virtual...UTILIZA LAS MAYÚSCULAS.

13 mayo 2008

Su cargo y él

Quien piense que la imparcialidad es un término que existe en el diccionario para hacernos pensar sobre ella misma, que deje de leer este relato. La imparcialidad es tan egocéntrica que piensa que existe, que es absoluta y que se da en todas las acciones que llevamos a cabo. En la decisiones que tomamos, en cómo vemos a los demás. Trabajamos en lugares imparciales, tanto como la guerra; vivimos en pueblos ecuánimes, donde las decisiones de los dirigentes de turno no van en función de parentescos ni iniciales en los inicios de los expedientes. Somos todos imparciales. Tenemos parejas que hemos observado bajo criterios objetivos, vestimos atuendos relacionados con el objetivismo de los demás y nuestras decisiones laborales se ajustan tanto a derecho que no entendemos porqué nuestros compañeros no nos ofrecen una dulce sonrisa para hacernos el día más agradable. Pero nuestra imparcialidad es absoluta. Tanto como la de los jueces, ministros, policías, fotógrafos e incluso peluqueros que su desagradable día ha provocado que parezcas la Duquesa de Alba. Somos justos. Nuestras decisiones son la apropiadas, las correctas, las que se erigen sobre las parcialidades de los demás. Lo observo todos los días. Lo escucho en la radio, lo leo en la prensa, lo veo en los informativos. Lo escucho, lo leo y lo veo mientras pienso que ellos también se sienten imparciales. Desdichada conciencia. ¿Dónde nos vas a llevar?